PORTOCARRERO GRANDEZ ROSA ELVIRA

LA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO EN EDUCACIÓN

   

             Sabemos que uno de los elementos más importantes de una organización es el hombre; pues depende de su esfuerzo, de su voluntad y de su competencia para que la organización se desarrolle y logre sus objetivos. Entonces, es muy necesario que se evalúe el desempeño humano en todas las organizaciones, ya sea públicas o privadas; y más aún,  en el sector educación, porque estamos a cargo de personas, formamos mentes y conciencias generación tras generación.

            En el sector educación, el Estado ha implementado la evaluación del desempeño docente, tanto en la Ley 24029 (Ley del profesorado) y en la Ley de la Carrera Pública Magisterial N° 29062, donde se plantea evaluar al docente para mejorar la calidad de la educación; pero lamentablemente, pese a que las leyes tengan una buena intención, aún no se aplican con eficiencia en la práctica, ya que existen intereses y temores por parte de la clase dirigente y algunos docentes, malos manejos y corrupción por parte de las autoridades y otros docentes  y , criterios y mecanismos que no se ajustan al verdadero fin de una evaluación de desempeño.

            Sin una verdadera evaluación de desempeño, la educación seguirá estancada; ya que se seguirá contando con docentes que acuden a las aulas sólo por ocasión y no por vocación; con docentes que se quedaron con su libro “Venciendo”  y se muestran reacios a los cambios y a la preparación que implica estos nuevos tiempos; con docentes que solo les interesa la estabilidad y lo poco que les puedan retribuir por su trabajo y que no les mueve ningún deseo de superación, ninguna ambición a asumir nuevos retos.

            Por tanto, si queremos contar con “verdaderos docentes”, que se sientan comprometidos con su labor y que se avoquen a ella; si queremos mejorar el nivel socioeconómico de los mismos y darles premios y estímulos por sus verdaderos méritos; si queremos que mejore la calidad de la educación, es necesario asumir positivamente la evaluación de desempeño docente, no dando pie, como maestros, a cualquier intento de corrupción y mejorando los criterios de evaluación por parte del sistema.